Muy seguramente la cultura robada, un pueblo despojado de su identidad, saqueado y vulnerado, herederos legítimos de nuestros antepasados purépechas, Tancítaro logró cautivar por su belleza y riqueza, por su ubicación estratégica, no solo a la realeza indígena sino también a los usurpadores que nos conquistaron, poco a poco perdimos todo, nos lo arrebataron.
El orgullo más grande que se tenía eran esos ojos grandes y negros, vestimentas no espectaculares pero si sobrias y elegantes que sola la mujer indígena sabe portar de manera natural y no planeada. La Malinche traiciono a su pueblo, a sus raíces y su ser propio, en Tancítaro muchas mujeres al ser madres de hijos de españoles se vieron obligadas a jugar un papel distinto en su historia, y dieron a estos españoles no solo la posesión de sus tierras, les dieron su libertad, y se quedaron pegadas al fogón, al nixtamal, olvidando que su sangre era más purépecha que española.
Las reinas Tancitarences, antes lo fueron las indígenas de nuestro pueblo prehispánico, las originarias, las primeras, las que no solo eran reinas por su belleza y encanto, lo eran además por el garbo de cada color utilizado en su traje, cada nota de cantos dulces que brotaban de sus labios, ese orgullo de conocer sus orígenes, de manera natural, eran mujeres serias, alejadas de la vida burda y salvaje, acercadas a lo sagrado, a lo místico y a su cultura natural.
La conquista nos quitó esas bellezas y nos trajo otras y otras, que han estado pasando a lo largo de los años, uno de los momentos más recordados ha sido la Flor más Bella del Ejido, donde las mujeres más bellas hacen gala de su belleza y representan a su tierra y sus orígenes, este festejo donde se exalta la belleza ha cobrado mucha vida y mucho auge, tradicionalmente desde los primeros años de la consumación de la independencia se ha promovido la “Reina de las Fiestas Patrias”, cuya tradición moderna y contemporánea en cada estado, región y municipio resuena y se festeja con sus propios tonos y colores, en el caso de Tancítaro muchas veces en años pasados no existía un certamen de elección, mucho antes de que estos formatos llegaran, las mujeres Tancitarences durante los festejos patrios, se vestían con trajes típicos de la mexicanidad, colores de folklore, exaltaban algunas su belleza, otras sus trajes, su simpatía, su educación, sus valores familiares, todos compartían los festejos sin competencia, sabiendo que cada una era heredera de una cultura contemporánea que hoy en día toma vigor y se enorgullece de presentar eventos donde la mujer moderna, se presente ante el pueblo y es coronada Reina de las Fiestas Patrias.
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