El “Corpus Christi” era vivido de otra manera, lo mas importante era el fervor religioso, no como ahora, antes no se hacían bailes, aún así la fiesta era más bonita, la plaza estaba llena de comercio durante un mes y el día jueves era tan especial que toda la gente estrenaba su ropa, todos por igual, los más pobres y los más ricos.
También se llenaba de comercio el pueblo, pero menos apretado, solo en esos días se vendían frutas como el famoso “chico” y mamey, también las tradicionales ollas de barro, que traían las familias de la meseta a vender durante todo el mes, también había mucho barro traigo de Tlaquepaque de muy buena calidad, al menos eso nos decían, sin dejar a un lado la venta de artesanías de madera, palas, cucharas, juguetes y adornos, era muy común ver en los portales grandes vendedores de oro, de muy buena calidad que lo traían en sus portafolios negros iguales a los que traen ahora.
Se vivía una fiesta llena de respeto, principalmente en la juventud, los jóvenes eran muy respetuosos con las jovencitas, que en esos días era mas fácil ver en la plaza, hablar con ellas y saludarlas, algo que en días normales no era tan sencillo, por lo que aprovechaban la fiesta para ver la belleza de las mujeres del municipio de Tancítaro.
Era muy bonita la tradición del Corpus, pues las muchachas y muchachos se intercambiaban pequeños detalles, antes decíamos “Se daban su Corpus”; unos chicos, tazas, alguna anillo de oro, aretes, y las muchachas también le daban a los hombres un recuerdito del Corpus.
La fiesta era tan llena de amistad, respeto y las buenas costumbres, que era muy común ver al Sr. Cura caminar por la plaza, dar la vuelta y saludar a sus fieles, hacia mucho más cercanía del pueblo con su cura, el sacerdote siempre fue un líder moral que ayudaba a que no se dieran excesos en una fiesta que no solo era la más importante, era la fiesta que congregaba a todos lo tancitarenses, venían de todas las rancherías y comunidades.
La gente de los ranchos aprovechaba la oportunidad para traer sus productos y venderlos ya que no había mercado, vendían maíz, jitomate, frijol, calabaza, chile, huaras, chayote, jícama, durazno, ya que en muchos ranchos cultivaban con riego, entonces todo el año había cosechas.
Esa era la fiesta grande del pueblo, “EL CORPUS”, el famoso Corpus Christi que hoy se vive de una manera distinta, pero que sigue siendo una de las fiestas que une a tantas comunidades de nuestro bonito Tancítaro.
Charla con el Sr. Jose Luis Guerrero Urbina de Tancitaro.
Twitter @MoraMoraGera
Fotografia: Facebook, Santissimo expuesto en Tancítaro.